PREGÓN DE CLAUSURA DEL 25º ANIVERSARIO DE LA
AGRUPACIÓN DE MARÍA SANTÍSIMA DEL ROSARIO EN SUS
MISTERIOS DOLOROSOS - D. FRANCISCO COTO VEGA
( 30 DE OCTUBRE DE 2.005)


Palio mecido de cuna,
Cuna repleta de estrellas,
estrellas de tus bordados
Prendados de tu belleza.

Doce varales, son doce,
te acompañan en tu pena.
Tu mirada cabizbaja
Se hace en tu Trono altanera.

¿En que misterios pensaban,
las manos que te esculpieran?,,
¿Qué velados sentimientos correrían por sus venas?

Para que al clavar la gubia, sobre un trozo de madera,
Tallara tanta Hermosura, Un rosario de nobleza,
Y que seas por siempre Bendita ¡La Madre de Cartagena!


Sr. Don José Abellán Vicario y párroco de Santa Maria de Gracia: Sr. D. Andrés Vera Jerez Capellán, Sr. D. Juan Guillén Manzanera Hermano Mayor de la Pontificia, Real e Ilustre Cofradía de Nuestro Padre Jesús en el Doloroso Paso del Prendimiento y Esperanza de la Salvación de las Almas.(Californios). Sr. D. Pedro Juan Moliner Ros Presidente de la Agrupación de Maria Santísima en sus Misterios Dolorosos.

Fieles, Cofrades y Hermanos todos:

Quisiera iniciar este pregón, como es de buen nacido, agradeciendo a la Junta Directiva de la agrupación de Maria Santísima del Rosario la confianza que han depositado en mi para pregonar a Su titular.

Quisiera Recordar a mi antecesor y paisano ]ose Manuel Romo, mucho más experto que yo en estas lides, y que me consta dejó un gran sabor de boca entre vosotros.

Y dar sobre todo las gracias a vuestro Presidente Pedro Moliner, ya que aunque el pasado año no pudo ser que yo viniera, este año me encuentro aquí ante ti bellísima y Santísima Virgen del Rosario.

Mi agradecimiento a mi madre porque me parió Cofrade, a mi esposa a quien he robo tantas horas con mi quehaceres en las Hermandades, y que me ha permitido venir a rendirte pleitesia, porque sabe lo que para mi significa rendir homenaje a la madre de Dios en cualquier rincón. Y por parir a una hija que con tres años recién cumplidos ya apunta maneras, y que posee unos conocimientos Cofrades que a veces para mi quisiera.  

Desde que me fue ofrecida la posibilidad no sólo de conocerte si no de pregonarle, han sido muchas noches en vela, admirando tu belleza, compartiendo los momentos que las nuevas tecnologías me han permitido conocer de tu Agrupación y de las salidas procesionales de la Cofradía a la que perteneces, y que me han hecho sentir como el novio enamorado, que sólo conoce a su amada por medio de fotografías y de referencias lejanas. Pero como dice el dicho popular: "el montañero percibe con mayor claridad la montaña en la lejanía, con sus pensamientos".

Trae Cartagena a mi memoria, aunque no la conociera físicamente, vivos recuerdos, de un familiar muy cercano y querido por mí,, que nació en esta bendita tierra y que fue llamado por nuestro Señor y María Santísima en plena Juventud, por eso desde aquí, y a ti te pido Señora que Dios lo tenga acogido y cobijado en su Gloria.

Este humilde Cargador de pasos ( Es lo que me considero en mi corazón, a pesar de pasar por muy diversos estamentos en la Cofradias de Cádiz), disfrazado de torpe pregonero, llega ante ti a postrarse a tus pies, y rendir homenaje a tu belleza Cartagenera, y se siente identificado con aquellos marineros del Virreinato de Nueva España que tras las expediciones de California fundaran la Cofradía a la que pertenece esta agrupación, y que a su vuelta se encontraran con una paciente novia que les esperaba en puerto.

Es curioso observar como cada día, está más vivo el sentimiento cofrade en toda España. En estos momentos en que parece que existe una cierta persecución contra la Iglesia Católica, los Cofrades que hemos sido los más criticados dentro de ella, mantenemos más aún si cabe la tradición y la viveza de nuestras creencias. Los misterios Dolorosos del Santísimo Rosario, en los que basa su advocación la Imagen de la Titular de esta agrupación reafirma, dos mil años después de la Muerte y Resurrección de nuestro Señor, la vigencia de los sufrimientos que Jesucristo padeció por nosotros, y que aún hoy en dia, pueden verse reflejados
en multitud de situaciones de actualidad, en los mencionados misterios.

¿Quién no cree que la Coronación de espinas de nuestro Señor pueda hoy en dia mantenerse vivo en el drama de la inmigración que estamos viviendo en primera persona y que vemos a diario en todos los informativos de todas las cadenas de radio y televisión.

¿Quién por otra parte no pudiera comparar la flagelación que representa el cuarto misterio: con la lacra social del paro o con las torturas que muchas personas siguen sufriendo en los paises del tercer mundo, y sobre con los sufrimientos que padecen las mujeres a manos de sus maltratadores?. ¿Quién de nosotros, por otra parte, no lleva su propia cruz a cuestas, lo que viene repre-
sentado el cuarto misterio?. Y sobre todo la vigencia y la importancia de la oración al que se dedica el primer Misterio: "La oración de Jesús en el Huerto de Getsemaní?

Quisiera destacar, así mismo el papel que representara la Virgen María ante el sufrimiento de Jesús, que sigue teniendo hoy en dia plena vigencia: "Madres, esposas, hijas, hermanas, secretarias, novias, amigas. Mujeres, al fin y al cabo. Esas que nos parieron apretando los dientes, las que ponen el hombro para que en él lloremos, las que besan la frente y acarician el alma. Esas que muchas veces suelen ser mejores que los hombres, y que a veces tienen más coraje, más esperanzas, mas nobleza que nosotros. La Virgen, hoy, cuando el catolicismo es atacado desde afuera y desde sus propias entrañas: son las mujeres, las manos de
la Virgen, las primeras que lo entienden y salen a pelear con lo mejor que tienen: la valentia y la ternura. Ojala esto fuera contagioso.

Y con respecto a los hombres Cofrades, más aún si cabe ya que con toda seguridad, sí realizamos una introspección de cada uno, dentro de nosotros, debemos a nuestras madres y abuelas, la fe y nuestras creencias y nuestro vivir cofrade. Porque han sido ellas las que desde pequeñitos nos han guiado en nuestros pasos cristianos dentro de las Hermandades.


Recuerdo cuando siendo niño, mí madre me llevaba a rezar el viernes de cada semana, a la imagen de su devoción, y recuerdo sus salidas en Semana Santa realizando su Penitencia y agradeciendo favores detrás de la Imagen. Todo ello me hacía amar la Semana Santa y vivir la Iglesia y la comunión con Cristo de una manera más plena.

No creo que los cofrades, a pesar de las peculiaridades de Cada Semana Santa, ni de la propia Hermandad, nos diferenciemos mucho en las vivencias unos de otros, a pesar de la propias singularidades de cada Semana Grande o de cada propia Hermandad.

El Cofrade lleva a gala el principio básico de la oración como uno de sus valores fundamentales, y aunque a veces se nos acusa de no ser hombres cercanos a nuestras parroquias, nada más lejos de la realidad, el cofrade vive de forma intensa sus creencias junto a su imagen Bendita, el Cofrade colabora con su entorno de Cofrades y ,fuera de él, el Cofrade guarda y atesora un legado que le
fue entregado por sus antecesores y con el respeto debido lo engrandece y entrega a las generaciones venideras, y el Cofrade realiza dentro de su propia agrupación una vida cristiana en todos sus aspectos. El Cofrade reza agradeciendo a Dios las grandezas de la vida y pide por sus semejantes, el Cofrade es orante. Jesús mismo nos dio ejemplo de una vida de oración, colocándola como el centro de la vida del Cristiano; Orar es hablar, comunicar nuestro sentir con el Dios del universo, no se limita a ningún lugar o espacio de tiempo, ni se limita a pedir, sino también debemos comunicar cómo nos sentimos y algo que muchos descuidamos, a dar gracias.

Llama la atención cómo el catecismo de la Iglesia Católica dedica una quinta parte de sus páginas al tema de la oración, de aquí la importancia que el primer misterio Doloroso esté dedicado en sí mismo a la oración. A la comunicación de Cristo con Dios Padre.
El propio catecismo nos dice:

"La oración es la llave que abre nuestro corazón y nuestra alma al Espiritu Santo; es decir, a su acción de transformación en nosotros. Al orar, permitimos a Dios actuar en nuestra alma en nuestro entendimiento y nuestra voluntad - para ir adaptando nuestro ser a su Divina Voluntad".

La oración no sólo debe de contener una petición para uno mismo, se pide sobre todo para desear que se haga la voluntad de Dios.

Y Como dice Santa Teresa de Jesús:

"Para mi la oración es un impulso del corazón, una simple mirada al cielo, un grito de agradecimiento y amor. Es algo inmenso y sobrenatural que me dilata
el alma y me une a Jesús. ¡Que grande es el poder de la oración."

El sentimiento de la oración y los caminos de la misma son infinitos: La oración del marino que antes de partir, solicitando le sea concedida la gracia de tener un buen viaje y finalmente llegar a buen puerto, la madre que pide por el buen caminar de sus hijos, la del estudiante pidiendo la buena luz en los exámenes, o la oración del enfermo y dolorido, ofreciendo lo que tiene: su dolor.

Y, por supuesto y como no podía ser más, la peculiar oración del Cofrade:... éste realiza sus oraciones a través de la imagen a la que tiene devoción, le conforta, le reanima, le aviva el alma, porque habla con Dios, por medio de la imagen que lo repre-
senta y que siente cercana, como si fuera un amigo, porque la oración es diálogo, nunca debe ser monólogo, y una de las cosas más bellas que pueden existir es el diálogo con un amigo en el que le transmitimos nuestras desventuras y alegrías.

Madre mía del Rosario,
Hoy vengo a verte llorando,
Que solo tú y yo sabemos
lo que me está destrozando.
Ayúdame Virgen Santa
Alégrame Virgen Pura
Conforta este corazón
Que te ama con locura.

Y es que la oración personal puede tener variadas formas, y existen algunas más elevadas que otras; cualquier tipo de oración agrada al Señor, ya que éstas dependen mucho de la personalidad del orante y de las gracias que le sean otorgadas.

Dice San Mateo ""Pedid y se os dará, buscad y encontraréis; golpead, y se os abrirá. Porque todo el que pide obtiene; y el que busca encuentra; y al que golpea se le abre.

Y la oración se hace imagen al verte a ti Maria Santisima del Rosario, y creo que sé lo que debe de sentirse frente al altar con las luces apagadas de la Iglesia en el momento de tu salida, con la atención de todos tus cofrades y sobre todo con la tensión del momento que debe de vivir Paco Candela, para que salga perfecto en ese festival de luces.

Y ya, te encuentras escoltada por el resto de tronos preparados para la salida, el nerviosismo de todos los Hermanos que esperan realizar la estación de penitencia y la salida procesional que ya anhela toda Cartagena.

El trono de tu emblema, que anunciará por las calles tu llegada. Pero sobre todo el Trono alegórico de tus Dolores, el de la despedida de Jesús de la Virgen, todo... parece transmitir sufrimiento, pero sólo lo parece. La alegría de tus hijos que te acompañarán por las calles no desprende sufrimiento, son tantas horas de ensayo, tantos anhelos cumplidos, tantas ilusiones puestas, que no hay lugar para el sufrimiento. Todos creen ver una sonrisa en tu rostro. Y por encima de todo los jóvenes y los niños:

Si hay algo que debemos cuidar en nuestras Cofradias y Agrupaciones, es la juventud, esa juventud a la que acusamos de no querer comprometerse en nada, yo os puedo asegurar, que están deseosos de colaborar y de aportar aire fresco a nuestras Hermandades. Pero somos nosotros lo que a veces no dejamos que se integren en las mismas y los miramos con cierto recelo. Miremos en nuestro interior y recordemos el momento en que nosotros llegamos a las Agrupaciones, con esa impericia quizás que
dan los años, pero con unas ganas de trabajar inmensas y de realizar cosas nuevas en nuestras Hermandades, con esa fuerza que da la edad, una fuerza y una ilusión que lo que hace es renovar y adaptar a los tiempos nuestras creencias cristianas.

A medida que he ido escribiendo este pregón, todos los recuerdos, las vivencias y mis experiencias dentro de las Cofradías se remiten a mi infancia, las raíces de toda una vida. Pero muy especialmente mantengo vivo el asombro ante cada imagen que contemplo, porque si algo queda en mi de niño cofrade, es la fascinación que me causa cada figura que representa la Pasión y muerte de Jesucristo, y sobre todo las imágenes bendecidas de nuestra Madre y Señora, ya que yo me confieso como un
Cofrade Mariano, quizás por el hecho de que no me cansaré de reconocer que fueron las mujeres de mi casa las que me transmitieron en un gran porcentaje el sentimiento que por el movimiento de las Cofradías sigo sintiendo en cada momento. Por eso sigo pensando y os deseo trasladar mi creencia de la importancia de cuidar a la juventud desde dentro de nuestras Cofradías ya nuestros hijos que serán los Cofrades del mañana.


Que están dando ya las nueve 
Y repican las campanas,
Se están abriendo las puertas 
De Santa Maria de Gracia. 
Tantas horas esperando 
Y tantas noches en vela. 
Tantos momentos de ensayo
Bajo oscura luna llena.

 Y ya ha llegado el momento;
 No me responden las piernas.
El corazón, en un puño 
Palpita a veloz carrera.

Cuantas veces vine a verte 
Acompañando a mi abuela,
 Y muchas más con mi madre,
Para contarte sus penas,
Y yo, calladito al lado, 

Viendo tu cara morena.
Te seguía por las calles,

Para admirar tu lindezas
Los Viernes, que cada año 
Tú derrochas más belleza.
 
Y soñaba con el día 
Que acompañarte pudiera,
Por las calles de esta tierra.
 
Y gritarte ¡Virgen Guapa!
 
¡Mi bella Cartagenera!.
 

 

Por fin ha llegado el día:


Y ya llegó el momento, y de todo lo que he podido vísualizar y admirar del recorrido procesional, he quedado fascinado, como cualquier neófito en la Semana Santa de esta Bendita Tierra, el caminar del tercio, con los alumbrantes portando los hachotes acompañados de los tambores y al compás que marcan, y como es lógico el acompasado y marcial paso del mismo.

]ose Antonio, el capataz da primer golpe de campana, y los caballeros portapasos se preparan para elevarte, si cabe más, al cielo, suena el segundo golpe de Campana, y ya ellos mismos se sienten en el cielo.


Cuerpo enjuto, piel morena,
carne de verde aceituna;
ya amanece de Dolores
el Viernes en Cartagena.

Caballero portapasos
La noche pasaste en vela,
Repasando sentimientos
Que corrian por tus venas,
Recordando mil vivencias
En sus andas de madera.

No has dormido, y has soñado,
Que bajo un vergel de cera,
12 mastiles dorados,
Rojo bordado de estrellas.
Acunado de oleajes,
De espuma como azucenas,
surcabas bellos parajes,
el Viernes de luna llena.

Tu hombro junto a otros hombros,
tu dolor como equipaje,
Y una Virgen Capitana
Que comandaba la nave.

Tu mirada con la suya,
tu pena junto a su pena,
Su amargura, se tornaba
En una alegría plena.


Madre mia del Rosario
Espero que Tú me ampares
Que yo guiaré Tu barco
donde quieras Tu, que marche.

Y sobre el barco la Reina,
Y al cruzarse su mirada
Sus ojos, sobre tus ojos,
Clavados de luna llena.
Como por arte de magia,
Desaparecen tus penas.

Madre mia del Rosario,
Dime como yo pudiera,
Alegrar tu sufrimiento,  
Librarte de tus cadenas.

Y ya se te viene el dia
Que amanece en Cartagena.
La Túnica preparada
Que planchara con presteza 
La madre, esposa o abuela.
Que ya te queman las horas 
Para estar bajo sus andas,
Madre de Gracia plena.
 
Para entonarle Tu nana 
Con la que acunar sus penas 
Y cantarle a nuestra Madre 
La Salve Cartagenera.


Mis sentimientos se hacen más grandes para describir el mundo de la carga, y es lógico, aún sin llegar al palo ya me colaba debajo de un trono en Cádiz, que allí llamamos pasos, siempre me sentía atraido por el mundo de la carga, y son ya veinte años, como capataz con un ligero paréntesis en los que estuve interviniendo en otros quehaceres Cofrades, seis años de retirada, que se me clavaban como puñales, Y aunque parezca mentira y nadie nos entienda, la mayor promesa que puede realizar un caballero portapasos es no salir bajo tus andas, puede resultar curioso para los profanos en dicha materia pero es así y ¿saben por qué?, pues, porque ¿quién está más cercano de Tí María Santísima, que el que va bajo tus andas?

Y, ¿quién soporta contigo y acompaña tus sufrimientos?. ¿Quien mejor que él sabe de dolores?. Y que dolor tan grande es no poder acompañarte.

Qué bonito y señorial nombre el de Caballero portapasos; yo que provengo de una tierra en la que el nombre que se utiliza para describirlo es simplemente el de "cargador", un apelativo que sólo parece describir la fuerza física y nada más, ¿nada más?

A los cargadores, a los caballeros portapasos, en la mayoría de los casos no se nos entiende, y puedo comprender que es difícil describir lo que se vive debajo de un trono, si no se ha sufrido nunca.

Bajo unas andas se viven, concentradas por unas horas, todas las miserias y las bondades humanas. La miseria del sufrimiento, del sudor, de la sangre, de los malos momentos porque fallan las fuerzas ... Y las bondades: compartir el sufrimiento con tus hermanos, ayudar a tu hermano, al que ves desfallecer, que no puede más con su cuerpo, y decirle al oído "venga sé fuerte que Ella nos ayuda".

Es verdad que somos capaces de dejar en unas horas, todas las penitencias que deberíamos haber cumplido repartidas en el año.

Pero en esas horas el cúmulo de sentimientos vividos vale por el año entero.


Ya está enfilando por Aire, 
Cañón, Mayor, Puertas de Murcia 
Ya se escuchan los tambores 
Los alumbrantes, la anuncian.
 
¿Dónde camina la Virgen?
 Una anciana preguntaba 
llegando a la Caridad.
 Un joven le contestaba.
 ¡Ay! Pues me voy deprisa 
Que quiero verla en la entrada.
 
Y mientras iba llegando 
Unas voces entonaban:
 "Vamos al cielo con ella"
 Al golpe de la Campana.

 Ya se encuentran frente a frente,
Ya se cruzan la mirada,

Caridad, junto a Rosario 
Y el cielo las contemplaba,
 
Al fundirse en un abrazo 
Como dos buenas hermanas 
rodeadas de sus hijos 
que absortos las admiraban

Y una brisa marinera
En la noche resoplaba.
Y un gran capote de estrellas
sus rostros iluminaban.
Caridad Junto a Rosario
el cielo las contemplaba.

Y parece percibirse
Una sonrisa en sus rostros,
Que apaciguara sus penas
al escuchar que entonaban
La Salve Cartagenera.


Y cumplido este emotivo momento del encuentro con la Patrona, ya se percibe el final de los momentos que se han vivido, ya camino de regreso, la procesión enfila la calle Duque para dirigirse por San Francisco a los tramos finales de la calle Campos; ]ara y de nuevo en la calle Aire. A la puertas de su templo que la cobijará Dios mediante, un año más, se vivirán de nuevo plegarias,
encuentros con la Señora.

Y cuando aún no se a llegado a la entrada del Templo, el deseo de acompañarla el próximo año se hace aún más fuerte; pero como acto final a las puertas de la Iglesia de Santa Maria de Gracia la espera su Hijo, con un bello nombre, Misericordia, porque si algo desea suplicarte tu humilde pregonero, es precisamente eso, bella Señora, Misericordia para mis dolores.

HE DICHO.


Cartagena, 30de Octubre de 2005.
Francisco Coto Vega

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