MOMENTOS

Momentos son instantes únicos e irrepetibles que tienen la magia de lo que nunca volverá a repetirse de la misma forma. La vida, en sus diferentes aspectos tiene esos momentos que, por lo especial de ellos, son difíciles de olvidar.

Momentos de toda clase: dulces y amargos, alegres y difíciles...
Momentos en que tu íntimo amigo Domingo, te propone hace veintitrés años, el unirte a una agrupación joven que sale de Santa Lucía, casi de forma clandestina.

Momentos en que recurres a excelentes amigos para sacar el tercio a la calle, puesto que tu presidente te ha encargado esa responsabilidad.

Momentos, estando ante la belleza de la Madre del Rosario bajo palio, en el colegio de Las Adoratrices, te imaginas y comentas, con tu hermano Fran Ramos, la elegancia de ese trono si fuera a hombros.

Momentos, en que ilustres cofrades californios, como Jerónimo y Pencho convierten, en cierta medida, la utopía en realidad, gracias a sus gestiones dentro de la cofradía.

Momentos, en que te proponen crear la agrupación de portapasos y en los que sin la ayuda de muchísima gente no hubiera sido posible.

Momentos, en los que José Antonio Ortas nos presta dinero para comprar parte del género y familias como, Martínez-Victoiro y Aragón te ayudan a la confección de las túnicas, de forma desinteresada; así como la madrina de los portapasos te regala el género y la confección de los fajines.

Momentos, en que te llevas a tu novia a Cieza (que encima es vasca y no tiene ni idea de lo que para los cartageneros significa ser procesionista), ya que te han dado un presupuesto muy económico para la elaboración de las túnicas.

Momentos tristes en los que perdemos a nuestro presidente fundador y tiene que tomar el timón el hermano Paco Leal.

Momentos en los que año tras año se plantea la remodelación del trono con el fin de cambiar la estructura de hierro por aluminio y encuentras excelentes profesionales y procesionistas hasta la médula que te regalan su tiempo y su trabajo como es el caso del marrajo Pelegrín.

Momentos en los que te quedas sin palabras cuando en una cena de la agrupación, repentinamente, oyes tu nombre y te das cuenta de que te han nombrado Hermano de Honor de la Agrupación.

Momentos en los que esta humilde agrupación es capaz de desprenderse de un porcentaje importante de su presupuesto y donarlo a un orfanato de Costa de Marfil.

Por todos estos momentos y por muchos más quiero mostrar mi reconocimiento a todos aquellos, que han demostrado que la grandeza de nuestra Semana Santa, consiste que ante la petición de ayuda de cualquier agrupación, no existen los colores, blanco, negro, rojo o morado.

Esos momentos que hoy destaco aquí, y que están en mi corazón, pertenecen, en gran medida, a mis hermanos procesionistas californios con los que me une y me unirá una fraternal camaradería a pesar de mi condición de procesionista marrajo.

Gracias, de verdad a todos vosotros por estos momentos.

ANTONIO MATINEZ MARTOS
Fundador Grupo de Caballeros Portapasos

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